Facebook nació en 2004, aunque no fue hasta 2006 cuando su uso se extendió y popularizó. La red social surgió de un grupo de cinco estudiantes de la Universidad de Harvard. En especial de dos: Mark Zuckerberg y Eduardo Saverin, que crearon un juego llamado ‘Facemash’ que acabaría convirtiéndose en Facebook.
Por aquel entonces ninguno de los cinco podía imaginar el ‘monstruo’ que acabaría siendo aquella pequeña pero innovadora criatura. Lejos queda la cifra de 100 millones de usuarios que Facebook consiguió alcanzar en 2008 o el icónico botón de ‘Me Gusta’ que la red social implementó en 2009. 14 años después Facebook suma la friolera de 2.167 millones de usuarios repartidos por todo el mundo. Pero no todo están siendo alegrías en la empresa valorada en casi 500.000 millones de $.
En los últimos años hemos visto cómo han aparecido y crecido varias redes sociales sobre todo dirigidas a adolescentes y jóvenes. Youtube, Instagram o Snapchat han ido creciendo en este segmento de la sociedad al que ahora todo el mundo mira como el ‘dorado’ a conquistar y donde las empresas quieren (y necesitan) estar.
Estratégicamente, en 2012, Facebook se hizo con Instagram por valor de 1.000 milllones de $ y en 2014 con la empresa de mensajería Whatsapp por 19.000 millones. De esta forma la empresa se aseguraba el pedazo más grande de la tarta. Y es que, a pesar del crecimiento increíble de Facebook, en los últimos tiempos se ha ido estancando. Solo su inercia y posición dominante, la popularización de la tecnología y el aumento de población en edades adultas, han hecho que la red social haya mantenido el tipo hasta ahora.
La realidad es que un porcentaje alto de jóvenes o no están en Facebook o se han ido yendo hacia otras redes que les resultan más interesantes. Porque no hay que olvidar que un tema clave de esta situación reside en que en la empresa de Zuckerberg coinciden varias generaciones. Y los jóvenes, lógicamente, no quieren compartir ‘plaza’ ni sus experiencias con sus padres.
A esta situación hay que añadirle los problemas de la compañía con la filtración de datos de usuarios (Cambridge Analytica) y, ahora, el acceso a los datos a 60 empresas de tecnología tan importantes como Samsung o Apple.
Dicho lo cual, no podemos negar que Facebook sigue siendo un gigante y el referente de las redes sociales. Pero ciertamente, parece que cada vez le queda menos para disfrutar de esa posición hegemónica. Salvo que cambien mucho las cosas, su declive está más cerca. Su ‘Me Gusta’ se puede convertir pronto en ‘Ya no me Gusta’.
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